martes, 27 de octubre de 2009

Despedida

Esto es nuevo. Estoy blogueando desde el avión! Estamos en algún punto sobre el Océano Atlántico por lo que no puedo decirles exactamente la hora…En Buenos Aires son las 14:20 y supuestamente, si la información en pantalla no nos miente en menos de 2 horas estoy besando el piso Argentino. Si bien es MUY incómodo escribir en el minúsculo asiento de la clase turista, no voy a dejar pasar la oportunidad! Imposible de creer, veía tan lejano este día y hoy se hizo realidad. Pasamos 6 semanas en lugares únicos, viviendo experiencias únicas, pero que hay que vivirlas justamente una única vez. No hay necesidad de volver! Me quedé con ganas de conocer los Himalayas, quizás vuelva a esa zona algún día. También nuestro agente de viajes me dijo que el sur de la India es “muy colorido”, pero no se, hay otros destinos que voy a priorizar antes de volver al país de los rickshaws, del cabeceo constante y de los 1000 idiomas.

Justamente este último post empieza con los rickshaws. Ya les había comentado lo que son, hasta les mostré un par de fotos. En la zona de Salt Lake, donde estaba nuestro hotel e incluso donde estaba nuestra oficina, se veían rickshaws tirados por una bicicleta. En la tele cuando pasan un especial de la India te muestran los rickshaws empujados por un tipo a pie, corriendo o caminando según el peso de los pasajeros y el vigor del “rickshawola” (según Yudo así se llaman los conductores, no estoy seguro de la escritura). Este tipo de rickshaw está prohibido por la ley, y en un principio pensé que este era el motivo por el cual no los veía, pero no, el motivo era que estaba buscando en el lugar equivocado.

Hace un par de sábados salí con Sigrun y Jamie, una amiga australiana, a tomar unas cervezas al bar de un pequeño hotel llamado Fairlawn Hotel. Este hotel queda en la calle Sudder, una de las más famosas del centro de Kolkata. Está llena de hoteles y hoteluchos y un gran porcentaje de extranjeros se aloja allí, por lo que al caminar se puede ver una mayor densidad de rubios, blancos, se escuchan distintos idiomas y creo (no estoy seguro) que hasta escuché hablar a alguien en español. El centro de Kolkata es otro mundo…realmente muy enquilombado, como se ve en MDQ. Y acá sí encontré a los rickshaws empujados por un tipo caminando, sin bicicleta y a veces sin calzado. Lo hacen porque hicieron eso toda su vida y no saben hacer otra cosa, como los que tejen los telares en Jaipur, se acuerdan?. Si bien está prohibido, se ganan la vida de esa forma y no quieren dejar de hacerlo.

Siempre me pareció un poco cruel tomar este tipo de transporte, pero no el del rickshawola en bicicleta. Así que eso hicimos el viernes, no nos podíamos ir de la India sin subirnos al medio de transporte más usado del lejano oriente. Yudo nos recomendó un negocio de artesanías manejado por el gobierno que quedaba a unas ocho cuadras del hotel. Habíamos estado tomando sol toda la mañana y el calor era realmente insoportable. No daba para caminar, así que cuando pasó el primer rickshaw no lo dudamos y nos acercamos. Sabiendo de antemano que no me iba a entender, traté de fijar el precio. Es un medio de transporte muy barato, ente 2 y 5 rupias por persona. El tipo me dijo “80” o yo entendí eso, me pudo haber dicho “18” (el sonido es parecido). Yo me hice el tonto y le dije “8?? Ok ok” y nos subimos.



Una foto dice más que mil palabras, un video dice más que un millón. La sensación es increíble. Sentí que estaba en la antigua Persia, que tenía un esclavo personal. Fue la primera vez que sentía esto en mi vida. Por un lado era divertido escuchar los bocinazos, ver como el tipo esquivaba los autos y la fuerza que hacía al pedalear. Por otro lado me sentía un poquito culpable y estaba agradeciendo que el trayecto era corto. El carrito se movía para todos lados, en el asiento no entrábamos los 2 juntos. Yo tenía la pierna izquierda casi afuera y Fede me gritaba a cada rato que se estaba por caer. Llegamos al lugar y le tiramos al amigo 10 rupias, los 8 del viaje y 2 de propina. Según Sigrun, un indio puede obtener una comida completa en la calle por 10 rupias, así que le pagamos el almuerzo solo por pedalear 8 cuadras. ¿Ven como todo funciona perfectamente en este país?

Antes de despedirme en forma definitiva, quiero decirles que si alguna vez vienen a la India tengan en cuenta lo siguiente:

o Buenos modales: No existen. Si un flaco esta pasando por una puerta y vos estás atrás suyo esperando para pasar, no te la mantiene abierta, simplemente la suelta y te la tira en la cara. En casos extremos puede empujarla para que se cierre más violentamente y literalmente te la cierran en la cara. Varias veces me ubiqué al lado de la puerta en el trabajo para aplicar la estrategia de Tailgate y tuve que poner la zapatilla para trabajar la puerta porque sinó me partían la nariz. Y no era porque están “desaprobando” el tailgate, simplemente llevan eso en la sangre. Vimos como un hijo pasaba por delante de su madre y después le cerraba la puerta en la cara. Y si dejás pasar a una mujer, te miran raro, creo que en lugar de quedar bien o cortés, estás mostrando debilidad. Yo alternaba, a veces dejaba pasar a las mujeres primero y a veces me mandaba a lo indio. También son normales los empujones, a no alarmarse! La solución es responder el empujón y pasar a ser uno más de la manada. ¿Qué pueden esperar de personas que usan un idioma que no tiene la palabra “por favor”? En realidad, la tiene pero no la usan, no la conocen, en su lugar usan “please” (a veces).

o Idioma mixto (ver “Problemas de Comunicación”): Existe un montón de casos como el “please”. Hay palabras que no existen en hindi o en el idioma local y usan el inglés. Por eso cuando escuchan a dos indios hablando entre sí, es muy común entender alguna que otra palabra, por ejemplo los números. Y en el mejor de los casos, si son de diferentes regiones de la India, usan más palabras en inglés, por lo que si tienen suerte pueden llegar a entender la idea de lo que están hablando.

o Como se toma agua: ya sea que lo tomen de una botella, de una lata o de una jarra, como te suelen dar en los puestitos de comida callejera, no llegan a tocar el borde de la botella con los labios. Abren la boca y se tiran el líquido adentro. Les aseguro que es una práctica bastante compleja y arriesgada. Uno puede llegar a ahogarse en los primeros intentos, pero les aseguro que después de compartir unas semanas con gente que toma de ésta forma, lo van a empezar a hacer uds. sin ningún problema, igual que el cabeceo. Tip: traten de no reirse mientras toman, puede ser perjudicial para su salud.

o También relacionado al agua, si van a un restaurant y piden una bebida, el mozo se va a acercar y se las va a presentar apoyándola sobre su antebrazo si como de un vino Rutini se tratase. Un ojo poco experto o simplemente un extranjero de tierras lejanas como yo, mira la botella, comprueba que es lo que realmente había solicitado y dice “ok” o tira el cabeceo. El mozo te va a mirar raro 2 o 3 segundos y va a abrir la botella. Es una situación rara donde no se intercambian palabras pero ustedes se van a dar cuenta que algo faltó. Utilizando la observación directa, la más sencilla técnica del método científico resolvimos este problema. Nos sentamos en un restaurant y esperamos a que algún local pidiera alguna bebida. El mozo se la acercó, la presentó y el cliente….tocó la botella. Si si, señores, te hacen eso para que tantees si la temperatura de la bebida es de tu agrado. ¿Cómo no nos dimos cuenta antes?. Cinco minutos después, cuando llegó nuestra Kingfisher estrené el conocimiento recientemente aprendido, toqué la botella y tiré el cabeceo. El mozo sonrió y nos sirvió alegremente.

o Algo que nos llamó muchísimo la atención durante nuestra recorrida del triángulo dorado es que, si bien ya les había comentado la inmensa cantidad de gente al pedo que está en la calle haciendo nada, era muy llamativo la forma en que se sentaban para disfrutar su alpedismo. Se apoyan sobre cualquier protuberancia del terreno, se ponen casi de cuclillas, tratando de sentarse sobre los talones, sin tocar el suelo y así se pueden quedar horas, haciendo equilibrio. Les juro que pasabas por la ruta y veías hasta 20 indios sentados en la banquina, uno al lado del otro, todos exactamente igual. No llegué a sacar fotos, traté de hacerlo yo para que Fede me filmara pero era imposible mantener el equilibrio. Lo deben aprender en el colegio desde chicos…

o Números grandes: nosotros usamos el mil (1.000) y el millón (1.000.000). En la India no se usan estos dos términos. Usan los cientos (100) el Lakh (1,00,000) y el Crore (1,00,00,000). Noten que el punto se usa como decimal y separan los miles y Lakhs con comas, es realmente bastante engorroso tratar de leer un número así. Al principio pensamos que estaba mal escrito, pero después notamos que se repetía en todos lados. La cuenta de mi hotel terminó siendo de varios lakhs y hasta que no lo escribí en “cristiano” no terminaba de entender bien cuanto me estaban cobrando. Parece una boludez, pero cuando lo vivan se van a acordar.

o Castas sociales: desde siempre existieron cuatro castas sociales:

    • Los brāhmanas (sacerdotes) son la casta más alta, que —según ellos— salieron de la boca de Brahmā.
    • Los chatrías (clase político-militar), que salieron de los hombros de Brahmā.
    • Los vaishias (comerciantes, artesanos y agroganaderos), que se formaron de las caderas de Brahmā.
    • Los shudras (esclavos), que provienen de los pies de Brahmā.

La casta en un principio determinaba el trabajo que vos podías realizar y un Guerrero tenía más derechos que un simple trabajador. Hoy en día, por suerte, esto ya no es así. Se distinguen a las castas por el apellido o el nombre. No recuerdo bien todas las variantes, pero por ejemplo Singh corresponde a los guerreros y si se fijan en el India Gate, donde figuran los nombres de los soldados van a ver que se repite ese nombre en casi todos. Yudo por ejemplo, según su nombre es un guerrero, pero ustedes lo ven y es un pibe flaquito y tranqui, casi inofensivo. No es un dato taaaan interesante, pero quizás noten que algunos nombres se repiten mucho entre los indios, ahora ya saben la razón.

o Big B: este personaje es lo último que recuerdo como característico de este país. Big B es el sobrenombre de Amitabh Bachchan. Big porque es grandote y B por el apellido. El tipo es un actor de los ’60 y ’70 que hacía películas al mejor estilo Sandro. Pueden ver el video que grabé de la tele, la fotografía los colores son iguales a las pelis de Sandro. Hasta el tipo tiene cierto parecido. Seguramente le dio entró un poco menos al pucho porque hoy en día es la persona más reconocida del país. Ya les dije que están estancados en los ’70 y creo que este tipo es una de las razones. Se la pasan mirando sus pelis viejas y vistiéndose igual.



El flaco formó parte del parlamento (creo que sigue siendo) y durante unos años se retiró del estrellato, pero a mediados de la década pasada volvió con todo y si les digo que está en todos lados, me quedo corto. En el 95% de las películas indias lo pueden encontrar. Tiene CD’s, libros, es el host del Gran Hermano indio, que obviamente se llama “Big Boss” (haciendo referencia a Big B). Ravi un día lo vió en la tele y se puso como loco. Lo aman, lo idolatran. Ganó el concurso del hombre del año (seguramente lo gana todos los años, no tiene sentido competir contra él). Me llama muchísimo la atención que habiendo tanta gente en este país, la fama se concentre tanto en tan pocas personas. Aparte del Big B hay 2 o 3 actores más que son hiper reconocidos (aunque no llegan ni a los talones a Amitabh) y dejá de contar. Es en una de las pocas cosas que no se cumple la regla del 80-20 que diría que en el 80% de las pelis ves al 20% de los actores conocidos de la india. Acá en el 99% de las pelis ves por lo menos a alguno de estos 5 o 6 flacos. Monótono?? Sí, bastante.



Realmente me llevó bastante terminar este último post. Lo arranqué en el avión pero recién lo terminé una semana después. No es que sea largo, sino que por suerte Buenos Aires es un poco menos aburrida que Kolkata y tenía otras cosas para hacer. Me despido realmente muy, pero muy emocionado porque empecé este blog para ayudar a mi memoria, para recordar todo lo que fui viviendo y leerlo unos años después, pero día a día me enteraba de que más y más gente lo leía y lo agregaba a los favoritos de su navegador de internet. Perdí la cuenta de cuantos lectores confirmados tuvo y cuantos deben haber que no me lo dijeron o que cayeron acá de casualidad. Muchas gracias por leer, por comentar, por hacerme recordar cosas que escribí una vez que llegué a Buenos Aires y espero que si alguno de ustedes viaja y ve a Big B en la tele, se toma un ato o un rickshaw, viaja a Agra a ver el Taj, lo meten obligado a ver como hacen alfombras en Jaipur, lo acosan los vendedores en los shopping, lo muerde una rata en el Oly Pub o simplemente, si pierden la valija al llegar a este hermoso país, se acuerde de mí y sepa que hay que aprovechar el momento, tratar de sacar lo mejor de las experiencias que se viven, porque cuando vuelven a su ciudad de origen, todas las experiencias malas, todo lo negativo que pudieron haber sufrido, desaparece. Solamente quedan los buenos recuerdos que supimos crear y las experiencias vividas. No dejen pasar nada, no tengan miedo de caminar entre los slumdog o de tomarse un rickshaw. Anímense a orinar en el medio de la calle, eructen fuerte en los restaurant y no se olviden de tocar la botella. Chau chicos, pasénla lindo.


jueves, 15 de octubre de 2009

Masters of Tailgating

Ya es jueves 15 de octubre, realmente cuando empecé a escribir este blog después del sobresaltado viaje que tuvimos, no pensé que llegaría este día, y mucho menos que estaría física y mentalmente como estoy. Por un lado creo que cumplimos con lo que vinimos a hacer en el ámbito laboral, y como le comentaba hoy a Fede en el desayuno, también nos metimos bastante en la cultura y costumbres indias. Tal vez estas sean unas de las últimas líneas que deje antes de subir al avión de regreso este sábado, así que quiero asegurarme de dejar asentadas todo lo que ha quedado en el borrador.
Primero que nada les quería comentar que el sábado pasado fuimos a recorrer un poco más el centro de Kolkata, ya a modo de despedida y para cerrarlo decidí encontrarme con Sigrun en algún barcito de la zona. Mientras estábamos comiendo con Fede, Sigrun me envía un mensaje diciendo que iría al Oly Pub (a.k.a. The Rat Pub) porque el resto de los lugares son “muy caros” y quería llevar a toda su familia. O sea…yo si invito a mi familia a algún lado, evito los lugares con ratas y para una persona que viene con euros a la India, no creo que pagar 150 rupias (unos $12,5 argentos) una cerveza sea muy grave. Recuerden que cuando le comenté a Yudo que fui al Rat Pub simplemente dijo “¿Por qué?”. Jaja, acá van en año nuevo a patear ratas…Si bien no era año nuevo, pensé que despedirme de la India pateando unas ratas sería entretenido. Para los que me pidieron que trate de llevar a Fede, le insistí varias veces pero decidió volver al “aiet” temprano.
Llegué al Oly y entré mirando con cuidado donde pisaba porque debe no quería pisar ninguna rata y ensuciar mis zapatillas. Ubiqué a Sigrun y acerqué una silla de plástico de esas que se usan en el jardín, bien vieja y gastada. Como iba a apoyar mi mochila en el piso, me aseguré de cerrarla bien para que no se me cuele ningún animalito y después tener que perseguirlo en la habitación del hotel. Preparé la cámara y me quedé esperando a que aparecieran las ratas. Como pasa siempre en esta vida, cuando esperás mucho algo, no pasa. ¡Es así señores, ni una rata!

Por lo menos no las pude ver. Quizás salen más de noche, cuando se empieza a ir la gente y corren menos peligro de que las pisen. Tal vez se habían tomado el día o justo habían sacado la basura y se estaban dando un festín afuera. No se cual fue la razón real. Había un indio local en nuestra mesa (que de paso me comentó que Oly viene de Olympia, el verdadero nombre del lugar) que tampoco lo entendía. Me dijo que todas las veces que vino el lugar estaba infestado de ratas. ¡No tuvimos suerte! (¿o si?). Les dejo un videito para que vean el Oly.



Una de las cosas que no vamos a extrañar de la India es su televisión. La mejor palabra para describirla es “monótona”. Acá tienen una tremenda obsesión por el cricket. Y cuando digo tremenda, no exagero. Hay 4 o 5 canales de deportes en la tele que 3 están constantemente pasando partidos de cricket. Si los ponés a la noche, tipo 2 am están pasan partidos del 70 o del 80. Ves a los tipos jugando con unos chalecos blancos muy cómicos y sin cascos, muy diferente a toda la tecnología que le ponen ahora a este deporte. Las publicidades en la tele en su gran mayoría están centradas alrededor de este deporte, por ejemplo en la de Pepsi se juegan un partido de cricket arriba de una canoa y el premio son como mil latas de Pepsi…
El fanatismo es impresionante, pero lo que mas llama la atención es que es un deporte sumamente aburrido y lento. El juego consiste en que un flaco de un equipo tira una pelota, la hace rebotar en el piso y otro del equipo contrario tiene que tratar de pegarle con un bate aplanado. Es similar al baseball, salvo que acá hay 3 palos detrás del tipo que “batea” donde se apoyan 2 wickets. Cuando sale disparada la pelota después del bateo todos corren 5 segundos y ahí se termino la jugada. No entiendo las reglas, quizás si las entendiera la historia es distinta. Solo entiendo que si tirás la bola, el otro no llega a batear y la bola tira los wickets, sos Dios.
Cada equipo tira 300 bolas y después el otro equipo tira sus 300 bolas. O sea que los partidos son larguísimos, pueden durar 6 horas. No hay mucho desgaste físico como se podrán imaginar. Solamente hay que correr un poco la pelotita pero no es más de 5 segundos. La transmisión de los partidos lo dice todo. Cuando enfocan al banco ves a los jugadores que no están participando mandar SMS, leyendo revistas, boludeando con el celular, charlando, debe ser una tortura perder 6 horas de tu vida esperando ahí! Cuando no hay ningún partido para pasar o están esperando a que empiece otro, nunca faltan los análisis de lo que pasó o puede llegar a pasar, o sino como vi una vez, te llevan a Australia a conocer una fábrica de bates de cricket artesanales. De más está decir que el juego de Play Station 3 más vendido acá debe ser el ASHES Cricket 2009 (imposible de conseguir en cualquier otro lado del planeta…)
Mientras escribía esto me dieron ganas de ir al baño y me acordé que todavía no les conté lo complicado que es ir al baño acá. La seguridad en el edificio es bastante estricta y todas las puertas tienen apertura por medio de una tarjeta magnética. Como nosotros somos externos, los primeros días nos dieron una tarjetita de plástico normal provisoria hasta que nos consiguieran la definitiva que nos permitiría acceder a todo el piso. Bueno, siendo hoy el último día les comento que jamás nos las dieron. Todos los días cuando llegamos tenemos que hacer el trámite para que nos den las provisorias, llamar a alguien de acá para que baje y nos acompañe hasta la oficina porque tenemos que atravesar 5 puertas con ese tipo de cerradura.
Ahora, si nadie baja y tenemos que subir por nuestra cuenta, hay una estrategia denominada Tailgating que traducido sería como “Pegarse al de adelante para atravesar la puerta”. Hay carteles en casi todas las puertas que recuerdan la prohibición de esta difamada técnica, pero a nosotros no nos queda otra opción, ya que para ir al baño tenemos que atravesar una de estas puertas. Salir no es el problema porque la apertura es manual, el tema es que volver se complica, porque hay que esperar a que alguien abra la puerta para hacer un tailgate. Con el tiempo nos volvimos unos verdaderos “Mastros del Tailgate” a tal punto que evitamos ir al baño entre la 1 y las 2 porque hay menos confluencia de gente en las puertas y sabemos que vamos a clavarnos esperando ahí. También sabemos más a menos que puerta tiene mayor probabilidad de ser abierta y quizás nos mandamos para otro lado no tan directo, haciendo un trayecto más largo, pero con tailgate asegurado. El siguiente video es un pequeño tutorial denominado “How to tailgate for beginers”



Siguiendo con la televisión que no vamos a extrañar, si un canal indio no es de cricket entonces es de novelas o música. Las novelas quizás están buenas, pero están obviamente en hindi y no las entendemos. Son super coloridas, las mujeres usan los sarees y se ponen joyas por todos lados. Los tipos dejan un poco de lado la onda neo-setentosa y se ponen unos vestidos ostentosos que según Yudo son más apropiados para la cena de fin de año o algo por el estilo, bien formales. O sea, dan una imagen que no es la del día a día de la India, yo lo ví y no es así, no se dejen engañar. Ellos piensan que viven en enormes habitaciones llenas de alfombras, frutas y negros apantallando, pero si alguien vive hace, deben ser los menos.
Sobre los canales de música que puedo decir, la música es siempre la misma, los cantantes son los mismos, las coreografías son todas iguales. ¿Vieron el final de Slumdog Millonaire, cuando se ponen todos a bailar Jai Ho? Bueno, todos los videos son así. Posta que viste uno y viste todos, no tiene sentido mirar más. En el KK Fusion tienen una pantalla gigante pasando todo el tiempo estos videos musicales, salvo que haya un partido de cricket, obviamente (la foto es del KK Fusion, se las debía!)

Es raro que habiendo tanta gente siempre veas las mismas caras en la tele. Hasta en los comerciales son siempre los mismos. Ves a un flaco relativamente famoso promocionando una tele satelital, después al toque unas galletitas, más tarde pintura, o sea es imposible relacionar a alguien con un producto, no usan ese estilo de marketing. Además que tienen 0 sutileza a la hora de elegir los nombres de los productos y hacer las publicidades. El mejor ejemplo que ví es la píldora anticonceptiva de emergencia llamada “Unwanted 72” (72 porque tenes hasta 72 horas para tomarla, jaja). Acá les dejo una publicidad de pañales.



Bueno, hoy fue nuestro último día de trabajo, mañana será un día dedicado a emparejar nuestro sombreado y a relajarnos un poco para soportar el viaje de 30 horas que comenzaremos el sábado. Pero no se preocupen, voy a tomarme unos minutitos para actualizar el blog con las poquitas cosas que me faltaron comentar! Hasta mañana! (En la foto Fede, Yudo [no se escribe así pero así se pronuncia], Abdur, Ravi y yo)

miércoles, 14 de octubre de 2009

The truth about Durga Puja

Lunes 12/10/2009 - 10:46 am. Mientras ustedes allá en Argentina deben estar enfiestados (en este mismo momento son las 2:16 am) por el feriado, en esta parte del mundo todavía no saben que existe el continente americano, mucho menos de quien fue Cristobal Colón. Lo irónico es que cuando Colón llegó al Caribe pensó que había llegado a las Indias, ja. Y acá en “las Indias” tienen poca o ninguna idea de ese hecho. Doy fe que llegaron a preguntarnos si Argentina quedaba en Europa, si nuestro idioma nativo era el inglés y como frutilla del postre, si nuestro presidente era también Barack Obama. Nosotros no sabíamos si reír o llorar.


Por lo tanto, en el subcontinente indio no se festeja el día de la raza y estamos en la oficina. Igualmente debemos ser los argentinos que más feriados tuvieron en septiembre y octubre, entre el Durga Puja, el nacimiento de Gandhi y otra fiesta musulmana que no recuerdo, tuvimos 4 feriados. El Durga Puja (Durga = Diosa Madre de la religión Hindú, Puja = Fiesta) es una de las fiestas más importantes para los kolkateños, hacen unas construcciones para adorar a Durga que van desde una básica carpa con unas figuras compradas en cualquier lado hasta mega construcciones temáticas con ídolos de los dioses hechos a mano y relacionados con la temática de ese “pandal” específico.

Este año Durga Puja cayó entre el 25 y 28 de septiembre. Como la festividad se festeja más que nada en familia y consiste en recorrer estos diferentes pandals, rezar, meditar, etc. no tenía mucho sentido que pasáramos los cuatro días en Kolkata así que nos fuimos al Golden Triangle, como ya saben. Pero no nos queríamos ir de la India sin sentir un poquito el ambiente del Durga Puja y meternos en estos pandals tan llenos de colores, sonidos y olores. El jueves 24 cuando volvíamos del trabajo hacia el hotel “aiet” como le dicen acá notamos que las construcciones que venían armando durante toda esa semana ya estaban casi listas, la gente se empezaba a amontonar, había música en cada esquina y un poco más tránsito que el normal. Las casas también las decoraban con luces, como pueden ver en las fotos.

Fuimos a comer a un restorán cercano al hotel que según Yudo no es tan “cheto” como el KK Fusion pero es igual de bueno. Yo pedí un pollo con arroz, busqué un plato sencillo, que no tuviera muchas variedades y que fuera difícil de que me decepcionara, además buscaba algo livianito porque esa noche iríamos a recorrer varios pandals en Salt Lake City. Un pollo al limón con arroz parecía la opción más adecuada. Bueno, no lo fue del todo, me trajeron pedazos de pollo recubierto de harina o algo parecido con muchos vegetales y arroz. El problema era que lo trajeron en un sizzler, que es una plancha de hierro que calientan y te traen todo presentado ahí arriba. Pero el sizzler no te lo traen tibio, quema, realmente está MUY caliente. O sea que si no comés el plato a los pedos, se te quema toda la comida! El arroz y los vegetales se me terminaron resecando y estaban incomibles. Encima cuando lo traen por alguna reacción química que desconozco, pero seguramente desencadenada por la alta temperatura del sizzler, los alimentos se empiezan a sublimar y el vapor hace imposible ver lo que estás comiendo, no podés acercarte mucho al plato tampoco porque te quemás y los de la mesa de al lado te putean. Al cabo de 5 minutos las papas fritas se humedecieron por el vapor y a los 7 minutos se volvieron a resecar y a quemar. La parte buena es que el pollo vino medio crudo, así que lo terminé de cocinar en el sizzler. Realmente, una cagada. Si llegan a ir a comer a algún lugar en el mundo donde les sirvan el morfi en un sizzler, piénsenlo 2 o incluso 3 veces.

Para acompañar la comida pedimos dos bebidas típicas de la India: una cerveza Kingfisher (la de la aerolínea con azafatas hand-picked) y un agua Himalayan, obtenida y embotellada en los Himalayas, un TATA product. TATA es otra mega empresa de la India, y opino con total desconocimiento, como siempre que incluso es más grande que Kingfisher. TATA tiene esa agua, fabrica tés, tiene una aerolínea como Kingfisher, pero también tiene una empresa automotriz que debe abarcar tranquilamente el 90% del mercado indio. Tiene toda clase de vehículos, autos chicos, medianos y grandes. Todos los días el auto que nos viene a buscar es TATA, la camionetita con la que hicimos el tour también. Los camiones que veíamos en la ruta, TATA. Los colectivos, TATA. Del año del pedo pero son todos de la misma marca. No me fijé con detalle la marca de los atos, pero no me sorprendería que sean también TATA. Pero este emporio no termina ahí, tienen una empresa de telefonía y también de televisión satelital. Son MUY grosos, y teniendo en cuenta el tamaño de este país, la facturación debe ser monstruosa.


Salimos del restaurant y empezamos a caminar hacia el centro de Salt Lake City a ver con que pandals nos íbamos cruzando. El primero era sencillo. Estaba armado en un baldío lleno de ratas. Era una estructura hecha con bambú y con un techo improvisado. Habían unos 15 tipos charlando sentados en unas sillas de plástico a un costado del pandal. En el altar, de espaldas al escaso público y mirando de frente a Durga había un sacerdorte que bailaba, saltaba y movía un incienso. Al costado, otro flaco estaba atando varias ramas de palmera y le ataba unos cocos. La escena era bien rara para nosotros, me habían dicho que esta era “LA” fiesta de Kokata, yo me imaginaba muchedumbres, bebidas, música, etc etc.

Nos aburrimos casi al toque y seguimos la recorrida. A unas pocas cuadras encontramos algo más parecido a lo que yo me imaginaba. Habían armado una pirámide de estilo maya, decorada por adentro y por fuera. Las figuras de Durga y los dioses que la acompañan estaban ambientados con el mismo estilo. De más está decir que adentro de la pirámide el calor era insoportable, la noche ya era calurosa, las luces parecían soles y toda la gente de Salt Lake City estaba adentro de ese pandal. Afuera improvisaron un escenario y ubicaron varias sillas para que la gente pudiera ver cómodamente el espectáculo. En el momento que nosotros pasamos habían dos mujeres hablando, creo que era un concurso o algo por el estilo. Sacamos unas fotitos y ya un poco mas motivados por las luces y los colores nos dirigimos al próximo pandal. Este estaba ambientado como un palacio europeo. Adentro las figuras de los dioses eran normales, lo más interesante era una araña gigante que pusieron para acompañar la temática.

De ahí la muchedumbre nos fue llevando a otro pandal mucho más ruidoso que los anteriores. Adentro había un grupo de 15 flacos tocando unos tambores con un estilo africano. Después nos comentaron que son bastante conocidos en Kolkata, los volvimos a cruzar un par de veces más. Y en este como en todos los lugares se repetía la misma imagen: de Durga con otros cuatro dioses, gente entrando rezando, tirando frutas, el sacerdote bailando, etc.

Al día siguiente nos pasó a buscar Yudo por el hotel y salimos por una recorrida de Durga Puja diurna. Fue interesante pero muy cansador. A las 10 – 11 de la mañana el sol empieza a pegar realmente fuerte y se mantiene así hasta las 2 de la tarde aproximadamente. Es el horario ideal para aprovechar en la pileta del hotel o para estar en la pieza con el aire acondicionado, no para caminar por las calles contaminadas de Kolkata, por esta razón no aguantamos mucho y para el mediodía ya estábamos de vuelta. Mientras caminábamos, Yudo nos contó la verdad sobre el Durga Puja.

Los 3 dioses máximos del hinduismo son Shiva, Brahma y Vishnu. Los 3 son representaciones distintas del dios máximo y supremo cuyo nombre no es una palabra, sino un símbolo, el del ohm. Generalmente se ve este símbolo en las entradas a los templos, casi siempre acompañado por la esvástica que representa a Shiva. O sea, es medio complejo de entenderlo, si bien los hindúes adoran a 33 millones de dioses, la entidad, la deidad es una sola (como en el cristianismo y el Corán). Esa deidad no tiene un rostro definido (igual que Alá, el de los musulmanes). Como pueden ver, todas las religiones al fin y al cabo, terminan en un único Dios. ¿Por qué? Porque siempre hay algo más grande e importante a todo. Pero se llega a un punto en que no se puede “inventar” nada más, cuando llegás a un dios al que se le atribuye todo, es imposible ir más allá. Todos caen en lo mismo. De ahí para abajo, las religiones interpretan las cosas de diferente manera. Los hindúes, para simplificar su vida tienen un dios específico para cada cosa, pero siempre son una representación o una faceta de esa entidad suprema.

Fede wikipedió un poco todo esto y encontró que Shiva representa el destructor, Brahma el creador y Vishnu el equilibrio entre los dos. Los dioses bajan a la tierra en forma de encarnaciones, y pueden encarnar varias veces en diferentes formas. Vishnu es famoso porque tiene miles y miles de encarnaciones, a nuestro entender era el mas groso de los tres pero no quiero pelearme con ningún hindú. Durga es la esposa de Shiva, y en ella encarnaron a la diosa encargada de eliminar al demonio que se esconde adentro del cuerpo de un búfalo. Durga, la llamada diosa madre, tiene más representaciones o avatares, por ejemplo Kali. Esta diosa es bastante agresiva, siempre la vemos con un cuchillo y una cabeza en la mano, y parada encima de Shiva (todavía no sabemos por que).

Los cuatro dioses que están al lado de Durga en los pandals son sus hijos, el único que recuerdo el nombre es Ganesh porque lo ves escrito en todos lados, en la India es muy querido. Representa suerte en los negocios, pero la gente lo usa para tener buena suerte en todo. Los taxistas casi siempre tienen un mini Ganesh, es común ver autos que lo tienen pintado o un póster del señor con cabeza de elefante en las oficinas. El resto de sus hermanos (de izquierda a derecha) son los dioses de la riqueza, de las artes y de la educación y por último el de la humanidad. Todos tienen cabeza de hombre, no se ve nada raro en ellos. La atención se centra más en Durga que tiene 10 brazos (ya expliqué por que) y 3 ojos. El tercer ojo es el de la sabiduría y esa representación de los 3 ojos es muy vista en toda la ciudad en ésta época del año. Ahora, ¿porque Ganesh tiene cabeza de elefante? La historia cuenta que Shiva le cortó la cabeza porque pensó que era fruto de una infidelidad de Durga. Pero después se arrepintió al ver la tristeza de Durga así que le prometió reemplazarle la cabeza con la del primer animal que pasara. Otro dato curioso es que cada dios se transporta montando un animal diferente. Durga tiene un león (lo pueden ver claramente en las fotos) y Ganesh, así grandote y gordito como lo ven monta una rata…El árbol que ubican al lado de Ganesh representa a su esposa. Como Ganesh se pasaba todo el día comiendo bananas, Durga lo casó con un plátano para evitar que se acabaran todas las bananas del mundo.

Después de esta lección de hinduismo, fuimos a la comunidad donde vive Yudo para visitar su pandal local. Cada comunidad hace una vaquita durante el año y contratan a profesionales para armar el pandal. Dependiendo del dinero que recauden y la cantidad de gente que irá, es el tamaño y la elección de la temática. En algunos casos, los pandals más grandes y llamativos compiten entre sí y al finalizar la festividad la ciudad de Kolkata elige al mejor. El de Yudo era sencillito, parecido al primero que vimos la noche anterior. La gente estaba reunida debajo de un toldo, charlaban, jugaban a las cartas y cada tanto se acercaba al altar y los sacerdotes los bendecían.

Antes de volver al hotel visitamos un pandal cuya temática eran las mujeres. En la entrada se podían ver dibujos de mujeres indias importantes, actrices, poetas, la madre teresa de Kolkata, y la presidenta de la India. Luego fuimos a otro lugar mucho más grande y con más producción, ambientado en una villa del interior del país, todas las figuras estaban hechas de terracota, el piso era del mismo tipo que las chozas en la que vive la gente en el campo y las construcciones eran de bambú y paja. Ahí trataron de venderle un seguro de vida a Fede, a mí ni me lo ofrecieron, no era negocio.

jueves, 8 de octubre de 2009

The Golden Triangle, parte 3 – El guía más ladri de la India (xq no hay otro más ladri)

Nos despertó una frenada. Ya era completamente de noche y calculé que debían faltar pocos kilómetros para llegar. Pero un cartel nos indicó que estábamos equivocados, habíamos hecho solo 40 km desde que me dormí. O los metros y sus múltiplos son distintos en esta parte del mundo o el intenso tránsito había sido más fuerte que los bocinazos de Kumar. La frenada se debió a que estábamos ingresando a un pueblucho y en las entradas de los pueblos en lugar de poner un cartel que dice “ZONA URBANA” como en nuestro país, acá te ponen unas barricadas de hierro que dicen “STOP”, ponen una en cada carril a una distancia de 2 o 3 metros para que tengas que frenar y esquivarlas una por una. No hay margen de error, podrían poner lomos de burro o serruchos, pero no sería tan divertido! En el video las pueden ver:



Esquivamos los caños asesinos en potencia y atravesamos el pueblito. Ya no pude volver a dormirme, me entretenía mirando las cosas que se cruzaban en el camino y rankeándolas por “bizarro” o “inconsciente”. A eso de las 8 de la noche comenzamos a llegar a la ciudad de Jaipur. Esta ciudad es relativamente nueva y enorme, como todas las ciudades de éste país ya que tiene unos 4 millones de habitantes (mas o menos como Capital Federal). Nuestro hotel estaba ubicado en las afueras de la ciudad, pero exactamente en la parte opuesta de donde ingresamos, por lo que tuvimos que atravesar toda la ciudad, tarea agotadora teniendo en cuenta el tránsito urbano y que era un sábado por la noche. A medida que ingresábamos veíamos construcciones totalmente derrumbadas donde vivía la gente. Parecía como si los hubieran bombardeado una semana antes. Todas las construcciones debían tener mas de 70 u 80 años, solamente rogábamos que la parte opuesta de la ciudad, donde estaba nuestro hotel tuviera al menos unos 50 años menos.
Una horita más tarde llegamos al hotel Paradise. Para nuestra sorpresa, hacía honor a su nombre. Era un hotelcito bastante nuevo, las habitaciones eran muy cómodas, tenía Internet wi-fi gratis en la habitación (GRAVE falta del Hyatt), una muy buena tele y si bien estaba lejos del centro de Jaipur, poco nos interesaba ir al centro!! Además tenía una pileta de natación en la terraza. Lo único que nos decepcionó fue la comida, no era de lo mejor y el desayuno del día siguiente fue un poco sobrio…tasteless podría decirse. De todas formas los precios del room service eran la tercera parte de los del Hyatt, así que podían darse el lujo de no tener la misma calidad que la cocina de nuestro hotel en Kolkata.
Al día siguiente nos encontramos con nuestro guía de quien no recuerdo el nombre. Nos preguntó de donde éramos y además de contestar el clásico “Futbol…Maradona, Messi” nos tiró algunas palabras en español, pronunciadas de una forma casi inetentendible, pero el tipo le ponía onda, quería demostrar sus conocimientos. Nos subió a su auto, que se jactaba de ser el auto más económico del mundo y nos llevó hacia el centro de Jaipur. La ciudad la llaman “Pink City” porque el gobernador hizo pintar las casas que están cerca del palacio de ese color cuando llegaron lo británicos debido a que el rosa es el color de la “bienvenida”. Empezamos nuestra recorrida en Hawa Mahal o en castellano “El palacio de los vientos” (Mahal ya deben saber que es palacio, agregamos una nueva palabra a nuestro vocabulario: hawa = viento). Este “palacio” no es más que una pared con muchas ventanas donde las mujeres se ponían a ver lo que pasaba afuera del palacio, pero la gente de afuera no las podía ver a ellas.
De ahí fuimos al Amber Fort, un fuerte-palacio ubicado en las montañas al que justo ese día hacían una peregrinación hasta el templo de la diosa Khali (creo que se escribe así) que es otra forma o representación de Durga, la diosa madre. El tema es que por esta ceremonia no pudimos hacer nuestro paseo en elefante, pero gracias a la viveza de nuestro guía y después de pelearse con los guardias, pudimos colarnos en el templo sin hacer cola y quedamos justo frente a la figura de la diosa donde cortaban frutas, encendían inciensos y le pintaban la cara y la frente a los fieles.
Aunque no éramos devotos de Khali nos pintaron un poco también y nos dieron un collar de flores con un aroma muy poco agradable.










La recorrida continuó en el fuerte donde pudimos ver la cama que usaba el rey con sus 365 esposas (ustedes pueden ver con sus propios ojos como quedó). La particularidad es que debajo de la cama no había ningún espacio para que ningún enemigo pudiera esconderse ahí. Luego pasamos por el palacio de los espejos, un lugar todo decorado con espejos, fanatismo del emperador.





A la salida del fuerte nos topamos con unos encantadores de cobras que a cambio de unas rupias destapan una canasta que contiene una cobra aparentemente dopada y tocan un poco de música para despertar a la pobre serpiente. Me tocó acercarme a mi para darles la propina, igualmente les aseguro que dan mas miedo los dos muchachos que el bichito…





El resto de los monumentos y/o visitas de Jaipur no fueron muy trascendentes, calculo que en 10 o 15 años cuando recuerde el viaje, además del Taj no voy a recordar mucho más. Una cosa que estoy seguro que nunca voy a olvidar es lo que pasó después. Como había sucedido el día anterior, no podía faltar la visita a alguna semi-industria local para venderte sus cacharritos después de darte una breve introducción al proceso productivo. El tipo amagó con llevarnos a visitar a unos joyeros. Sabiendo de antemano que nuestro presupuesto iba a estar totalmente excedido por los artículos allí exhibidos le dijimos que no estábamos muy interesados. Aceptó nuestra negativa y en su lugar nos llevó a una fábrica de las auténticas alfombras de Jaipur con un anexo de telas estampadas a mano. De éste lugar no tenemos fotos, desgraciadamente.
Primero nos mostraron el aburrido proceso del estampado a mano de telas. Realmente no había mucha mas ciencia que lo que hacíamos nosotros en el jardín de infantes con los moldes de papa y las témperas. Después pasamos al sector alfombras. Nos mostraron a un muchacho trabajando en el telar. Se notaba que tenía varios años en el oficio porque tenía los movimientos totalmente mecanizados. Además que si bien tienen una guía con el patrón del dibujo que tienen que hacer, ya se los saben completamente de memoria y no lo necesitan. Esto es así porque hacen eso toda su vida, es más, toda la familia suele hacer el mismo patrón que se lo van enseñando de generación en generación. Por un lado impresionante, por el otro…sumamente aburrido, no? Hacer el mismo trabajo toda tu vida…para peor el mismo patrón! Calculo que si nacés en una familia de alfombreros de Jaipur, muchas más opciones no te quedan.
Luego del paseito pasamos al salón de ventas. No recuerdo exactamente cuantos vendedores eran para atendernos, creo que eran 5 o 6. Como siempre empezaban mostrando las más caras y a medida que veían nuestras caras iban bajando alfombras más baratas. Lo más interesante es que nos hicieron sentar contra la pared y para mostrarnos una alfombra, un tipo la agarraba, y si por ejemplo la alfombra medía 2 metros, el flaco se ponía exactamente a 2 metros de nosotros (deben tener todo calculadísimo), tiraba la alfombra con furia contra el piso para intimidarnos un poco con el ruido y desenrollarla al mismo tiempo quedando el extremo opuesto al vendedor exactamente a nuestros pies. Un capo!
Este proceso se repitió 25 (veinticinco) veces. Las conté solamente para asegurarme de no mentir en el blog. Obviamente que los precios eran zarpados, seguramente más baratos que si queremos comprar la misma alfombra en algún otro lado…pero realmente ninguno de nosotros quería una alfombra. Antes de poder seguir con nuestra recorrida por Jaipur, pasamos por el local anexo de telas estampadas a mano (y a máquina también, con tal de vender…). Quizás el estampado a mano tenga un valor artesanal, o algún otro tipo de valor que me cueste ver, pero las estampadas en forma mecánica quedan mucho mejor…no se que opinarán ustedes. En fin, tarjeteamos un par de artículos y nos subimos al coche.
De ahí fuimos al City Palace donde vive el gobernador de Jaipur, donde conocimos los galardonados jarrones de plata más grandes del mundo (entraron en los record Guiness) diseñados para llevar las aguas del Ganges a Londres porque el emperador solo tomaba agua de ese río. Por último nos llevaron a un observatorio a cielo abierto que a pesar de tener sus cuantos años sigue dando mediciones y predicciones bastante exactas. El calor ya era más que insoportable, estábamos al borde de la deshidratación y siendo ya la hora del almuerzo, el guía nos llevó a uno de los mejores restaurants de Jaipur, uno de los más concurridos como pueden ver en el videito.



Llenamos el tanque y partimos hacia New Delhi, la última esquina del triangulo dorado. El viaje fue similar al del día anterior, hicimos la parada obligada para tomar el tecito, nos cruzamos con todo tipo de animales, humanos y vehículos. Hasta vimos una mula corriendo en el medio de la autopista en la entrada a Delhi. Imagínense una mula corriendo al lado del 60 en la Panamericana a la altura del Unicenter. La imagen era exactamente la misma. Encima era de noche, la iluminación era totalmente nula, creo que fue una de las cosas más peligrosas con la que nos topamos. Sobre la entrada a Delhi no puedo contar mucho, estaba entretenido escribiendo las primeras líneas de la parte 1 de éste post. Cada tanto levantaba la mirada y se veían enormes edificios, digna entrada a una de las ciudades más pobladas del planeta. La ciudad está conformada por 5 o 6 ciudades que fueron creciendo tanto que se terminaron juntando, por lo que desde el avión se ve como un gran manchón de luz.
Nosotros al venir desde Jaipur entramos desde el sur que según nos contaron es la parte más nueva de Delhi. Nuestro hotel estaba ubicado en esta zona, alejado del mayor caos de tránsito lo cual nos vino bastante bien porque no teníamos necesidad de estar en el centro de la ciudad. La agencia nos ubicó en un boutique hotel bastante simpático, no tan bueno como el de Jaipur pero lo suficientemente cómodo como para pasar la noche del día agotador que nos tocó vivir. Esa noche decidimos evitar el room service y salimos a conocer un poco la noche de Delhi, pensamos que si algunas ciudades de la India tienes vida nocturna, Nueva Delhi debería ser una de ellas.
En el hotel nos recomendaron ir a un centro comercial no muy alejado que era uno de los más grandes y nuevos de la ciudad. Ya acostumbrados a manejarnos en este país asiático, nos subimos a un ato y partimos. Llegamos al mall y supongo que a las 3 o 4 de la tarde debe estar muy bueno, pero ya eran las 9 y como acá se van a dormir temprano, todos los negocios estaban cerrando. Sin mucho para recorrer, buscamos algún restaurant distinto a los que podemos encontrar en nuestra querida Kolkata. Entramos a uno ubicado en el último piso del complejo, que tenía onda a un barcito de un sótano de Boston (nunca estuve en EEUU ni en Boston, pero me dio esa impresión!). Aprovechando la ambientación, pedí un Mai Thai para arrancar la noche (que arrancó y terminó más o menos igual).
Al día siguiente, luego de un desayuno más mediocre que el de Jaipur (estamos mal acostumbrados al Hyatt) nos pasó a buscar nuestro guía y arrancamos la recorrida. Eran las 9 de la mañana y ya estábamos muertos de calor y de cansancio acumulado de los días anteriores, cada vez teníamos menos ganas de bajarnos del auto con aire acondicionado, mientras más pudiéramos ver sentados desde adentro, mejor. El guía era un pibe joven, como acá todos parecen más viejos les diría que debía tener unos 20 años, pero calculo que la edad real era 25 o 26. Era feriado, no tenía muchas ganas de laburar, se notaba en su forma de caminar y el desinterés que transmitía en las explicaciones y demás, pero bue…nosotros estábamos destruidos y no fuimos muy exigentes tampoco.
El tour empezó en Jama Masjid la mezquita más grande de la India. Las palabras textuales del guía fueron: “Esta es considerada la mezquita más grande de la India, porque no hay otra más grande”…eh…ok. Pueden ver el nivel de detalle de sus explicaciones. Esto le costó que durante todo el día, cada vez que decía “Esto es el lugar mas antiguo…” siempre uno de nosotros le preguntaba “…entonces, no hay otro más antiguo??” Y el flaco contestaba “No no” inocentemente. Jaja, estuvo muy bueno. En esta mezquita no me dejaron entrar con los cortos así que me pusieron un trapo a modo de pollera. Quedé como un modelito de la revista Vogue, divino. A la salida del monumento el flaco dijo que ahora la recorrida continuaría en el mercado de Delhi, consistía en subirnos a un rickshaw y recorrer los puestitos. Nos miramos con Fede aterrorizados. La mirada nos delató y el pibe no dijo “Si quieren lo podemos saltear, después de todo en Kolkata debén estar podridos de ver rickshaws”. ¡No podía estar más acertado! Como buen citadino, denigraba a Kolkata a más no poder, aunque nos dijo que las chicas de West Bengal son las más lindas de la India…
La próxima parada fue en Raj Ghat, el lugar donde fue cremado Mahatma Gandhi, el padre de la India. El guía nos dijo que parte de las cenizas de Gandhi estaban allí y que el resto la tiraron en distintos ríos de la India. Wikipediando un poco comprobamos que no había nada de cenizas en este monumento, solo la estructura de mármol negro que se pueden ver en las fotos.
Como pueden ver, me hice de varios amigos en el viaje. Al ser un fin de semana largo muchos indios del interior del país vinieron a la capital a competir en unos juegos…no me quedo bien claro de que. Al ser feriado los sacaron a todos a pasear. En total eran 36 micros llenos de chicos y chicas vestidos como los que pueden ver en la foto. Hagan las cuentas, 36 micros, 50 personas por micro…Todos los monumentos rebalsaban de gente y se complicaba bastante sacar una foto decente. Lo más cómico es que los indios en lugar de sacarse fotos en el monumento se sacan fotos con los carteles de “No pisar el césped”, o en la puerta del baño, o le piden a cualquiera que pasa por ahí sacarse una foto con ellos. Esta escena se repitió varias veces. Me sentí una estrella de Bollywood (a la derecha nuestro guía).
Luego el guía nos llevó a la casa presidencial, construida por los ingleses en 1931 para que viviera el “gobernador” de las indias, que luego fue designada como palacio presidencial una vez que la India se independizó. No pudimos entrar, la vimos desde el portón de acceso. Como dato curioso, nuestro simpático guía nos comentó que tiene un comedor para 1000 comensales simultáneos y obviamente ¡una cocina lo suficientemente grande como para cocinarle a tanta gente! (en la foto, abajo a la derecha pueden ver la camionetita con la que hicimos todo el tour)
Exactamente a 3 kilómetros en sentido opuesto está el India Gate, un monumento similar al arco del triunfo construido también por los ingleses para conmemorar a todos los soldados indios que murieron en la primera guerra mundial y en muchas otras guerras inglesas.











Nos llevaron a almorzar a otro restaurant “European Approved” en donde se repitió la misma escena que se ve en todos lados: 2 vendedores por cada cliente, en este caso mozos. Hay mucha gente en este país, realmente sobra gente. Llegué a contar 12 mozos parados esperando a que alguien los llame. Y cuando los llamas vienen de a pares. Como hacía mucho calor me pedí un heladito, fui por la clásica “casatta italiana” que como saben tiene helado de frutilla, crema y chocolate. Como siempre, me trajeron cualquier cosa. Cada vez que pienso “Este plato no me puede fallar” me llevo una sorpresa. Voy a tener que bajar mis expectativas.
Para terminar la recorrida de cansador triángulo dorado nos llevamos a Qutub Minar, una estructura de 72 metros de alto construida en 1206 solamente para demostrar el poder del tipo que la construyó. De paso la usaban para avisarles a los fieles cuando era la hora de rezar (cayó en desuso con la invención del reloj de pulsera). Es considerado uno de los monumentos mas antiguos de Delhi….porque no hay otro mas antiguo. Lo interesante es que antes de que llegaran los musulmanes habían varios templos hindúes en la zona.
Cuando llegaron demolieron los templos y para construir las mezquitas utilizaron los mismos pilares, por lo que en las columnas se ve claramente la arquitectura hindú pero con la particularidad de que las cabezas y rostros de los animales fueron mutilados porque los musulmanes adoran a un Dios sin rostro.
La última perlita del lugar es un pilar de hierro ubicado en el medio de la mezquita que nadie sabe quien lo hizo, ni cuando lo trajeron ni para que estaba ahí. Es un misterio, dicen que si apoyás la espalda en el pilar y lo rodeás hacia atrás completamente con tus brazos, tus deseos se hacen realidad. Hoy en día es imposible desde el punto de vista que está vallado, pero nos comentaron que incluso antes del vallado era una tarea bastante complicada.
Al ser feriado no había mucho tránsito en la ciudad, el tour duró menos de lo esperado y nos sobró un poco de tiempo para visitar el Lotus Temple que estaba fuera del programa. Es un templo multi religioso que tiene la forma de la flor de loto, la flor nacional de la India. Muti religioso significa que acude gente que profesa distintas religiones, hecho que comprobamos ya que debían haber 5000 personas haciendo fila para entrar y adentro otro montón más. Los que construyeron el templo creen que el número 9 es sagrado o por lo menos da buena suerte, por lo que desde donde lo miren van a encontrar este número escondido. Después de unos pequeños malentendidos con la gente de seguridad, pudimos acercarnos lo suficiente como para sacar unas fotitos mientras nuestro guía nos esperaba en el auto.
Y aquí finalizó nuestro recorrido por el Triángulo Dorado de la India. Regresamos al aeropuerto donde había comenzado nuestra aventura tres días atrás y regresamos a Kolkata en un vuelo sin sobresaltos ni azafatas hand-picked. Al salir de la terminal de arribos doméstica de Kolkata respiramos nuevamente el aire saturado de calor, olores y humedad característico de esta zona y como es usual, tuvimos que esperar más de media hora a nuestro chofer de Car Club, que bueno es estar en casa!