
El sábado pasado Ravi nos llevó a conocer el templo de Dakshineshwar. Nos pasó a buscar con su roomie en un yellow cab y salimos en dirección norte. No deja de impresionarnos la cantidad de gente que hay en esta ciudad. Algunos dicen que es la mas grande de
El taxi nos dejó en una calle llena de puestitos que vendían imágenes, fotos, y dibujos de los dioses que se adoraban en ese templo y de los ya famosos Durga, Brahma, Ganesh, etc. También sobraban los que vendían comida, en todas sus formas. Mas que nada frituras que meten en envases y bolsas enormes y deben vender al peso. Había algunos kioscos, casas de celulares, tipos que te cortan el pelo ahí en la calle y un robot petisito que tenía un par de auriculares. Ví dos o tres de estos, no tengo idea de que era porque estaba escrito en bengalí y hasta el alfabeto es distinto.
Dejamos nuestras zapatillas en un puestito que por unas pocas rupias te los cuidaba de los avivados que se afanan los zapatos de los que entran al templo. Espero que en el Taj Mahal haya puestos parecidos, no quiero que me pase la de Slumdog Millonaire… Después de revisarnos como si entráramos a un aeropuerto accedimos al patio del templo Dakshineshwar. No había mucho que ver y tampoco mucho para contar. No nos permitieron sacar fotos en el patio y había una cola importante para entrar a la sala donde se medita. Ravi nos dijo que esa cola nos iba a tomar unos 50 minutos, y dado que no teníamos mucho para meditar, salimos por otra puerta a la orilla del río.
Ahí vimos el río Hooglhy por primera vez desde que estamos en Kolkata. El Hooghly (léase “ugly” = “feo”) es uno de los brazos del Ganges, en algunas partes tiene una profundidad de mas de
Volvimos a buscar las zapatillas y fuimos a tomar una lancha para cruzar al otro lado del río, para conocer el templo Belur Math. La lanchita salía 7 rupias por persona, sinó podíamos contratar una lanchita privada por 200 rupias. Como justo estaba saliendo una lancha “pública”, pagamos los Rs. 7 y subimos. En el viaje fuimos varias veces bendecidos por el agua del Hoogly que nos salpicaba en cada salto. Llegamos al templo y esta vez la prohibición de tomar fotos se extendía desde la entrada al parque. Según nos contaron mas adelante, el templo fue construido por un hindú muy famoso que vivió en los Estados Unidos y decidió dedicárselo a su gurú, su maestro Swami Vivekananda. Después de sacarnos nuevamente los zapatos entramos al templo y pudimos ver la imagen de Swami Vivekananda y la gente sentada en el piso meditando frente a ella. Algunos llevaban sus almohadones por lo que creo que pasan un buen rato.
Al volver contratamos una lancha privada para tener más comodidad y poder tomar fotos como las que están viendo acá. Mientras íbamos pasando junto a la costa los chicos saludaban como solemos ver en los documentales sobre
Como siempre, la vuelta fue más complicada que la ida. El tránsito era el doble de peor. El taxista nos terminó paseando un poco (y eso que íbamos con Ravi) y tardamos casi hora y media, pero poco nos importó porque habíamos pasado una tarde bastante entretenida, tuvimos nuestros momentos para sacar unas buena fotos y para meternos un poquito en la cultura hindú. Me gustaría seguir contando lo que pasó después, pero es jueves por la noche, hoy empieza el Durga Puja que es la mayor festividad en

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