martes, 8 de septiembre de 2009

Kolkata – The City of Joy


Lunes 07/09/2009 07:00 a.m .- Lo que hicimos al llegar a Kolkata fue ir a buscar a nuestros compañeros de aventuras, la gente de South African para que nos devuelva los U$S 170 del pasaje. Obviamente que nos mintieron, no había ninguna oficina en el aeropuerto, ni siquiera en la terminal internacional a la cual no nos dejaron entrar, pero nos permitieron hablar con el airport manager. La oficina de este tipo parecía una peluquería de Honolulú (nunca estuve pero me imagino como son). Le explicamos nuestro problema y se limito a contestar “No South African office here, sorry”. Un amigo el manager.

Llamamos a una compañía de taxis que para mandarnos un auto me pidieron hasta el nombre de mi primer mascota, todo dos veces porque ellos no me entendían a mí y yo no les entendía a ellos. Al final me dice “te mando el auto, en 10 minutos esta ahí” y me pasa todos los datos, nombre del conductor, patente, color, modelo, cuanto calzaba el tipo. Imposible perdernos.

Apenas subí me puse el cinturón porque ya sabía de antemano como venía el tema del tránsito en ésta ciudad. No se lo pueden imaginar, cuando pueda subo un video. Si piensan que Av. Córdoba es un quilombo a las 7 de la tarde, no saben lo que es esto. Encima para nosotros es todo mucho más raro al verlos manejar del otro lado, pero eso es lo de menos. No paran de tocar bocina. La bocina sirve para decir “Acá estoy, si, atrás tuyo, avanza, ¿estas avanzando? Bueno, seguí así”. No paran, te juro que desde donde estés se escuchan los bocinazos. Llega un momento que te acostumbras, pero realmente llama la atención. Además que cada uno hace lo que quiere. No usan los espejos, no les importa. Paran en el medio de la calle y no les importa. Abren la puerta sin mirar y si atrás venía un flaco en bici, bueno…mejor que sea rápido y esquive. Acá casi todos están en bici o en esos taxis arrastrados por bicis. Es impactante verlos pedaleando debajo de la lluvia (otra cosa constante, como las bocinas).

Todavía no estoy seguro si el taxista hizo el camino más corto hasta el hotel. Nos cobró una fortuna, aunque mas adelante una persona local nos dijo que el precio estaba bien para esa empresa. Bueno…por lo menos nos hizo una recorrida por las afueras de la ciudad y por el Salt Lake City que es la zona en donde esta el hotel Hyatt.

En el viaje se destacaron las vacas en el medio de la calle, tal cual las ves en la tele. Como que uno ya va preparado y no le llama tanto la atención, pero después cada vez que recuerdo esa imagen mental de la vaca en el medio de la calle no puedo parar de reírme. Después otra cosa imperdible son los carteles que te ponen en las autopistas a modo de autoayuda. Dicen cosas como “Don’t worry, no hurry” o simplemente “Thank you”. Son geniales. Otra cosa muy piola era un tipo que paro la moto en el medio de la calle (si en el medio) para hacer un pis….al lado de la moto, o sea en el medio de la calle. A medida que me acuerde de más cosas las voy poniendo. Más allá de todo lo negativo que me sucedió (digamos que fueron muchas cosas) se ven cosas, actitudes, escenas y costumbres únicas, muy raras o graciosas que por lo menos van a servir para que mis nietos no se aburran mucho cuando se queden a dormir en mi casa. Es por eso que escribo este blog, para no olvidarme de todo esto en 50 años.

Llegamos al hotel y todo iba bien hasta que el maletero me ofreció llevar mi equipaje. Lo mire con mi peor cara de culo, les recuerdo que me había enterado de la perdida solo 8 horas antes…el horno no estaba para bollos. Fede amablemente le explico lo que me había pasado, yo no podía decir ni “A” de lo caliente que estaba. Llegamos a nuestras habitaciones (mañana después de que pase la mucama les subo fotos) y decidimos que nuestro trabajo iba a empezar el martes…fue un viaje demasiado intenso. Tomamos una ducha y con Fede dijimos “Dormimos una siesta, nos levantamos tipo 2 y salimos a recorrer”. La siesta la hicimos, pero nos levantamos a las 8, jeje.

Primera noche en Kolkata

Me despertó el teléfono. Era nuestro líder de proyecto comentándome que nos esperaba ese día y quería saber que nos habíamos pasado. Gentilmente le explique que estábamos en un estado de semi-muerte en la habitación del hotel y que nos íbamos a ver al día siguiente. Por suerte supo entender. Hasta el momento puedo asegurar que el 100% de las personas con las que me crucé en la India eran buena onda y salvo por el taxista que creo que nos paseó un poco, ninguno nos estafó demasiado.

Salimos del hotel para buscar algo de comer tipo 22 horas. Fuimos a un Shopping que estaba cerca, más o menos a un kilómetro. Sobre la avenida que caminábamos habían ranchitos indios como los que ven en la tele, todos en el piso jugando a las cartas, otros cocinando y comiendo en la calle. Del otro lado de la calle había un pozo porque estaban construyendo algo, creemos que un metro. La vereda estaba destruida, como si la hubieran estado bombardeando. Imagínense que además lloviznaba y yo estoy con la misma ropa desde hace 4 días, una escena bastante triste. Nosotros siempre encontrábamos la forma de reírnos un poco y verle la parte positiva. Llegamos al Shopping y nos revisaron como si estuviéramos entrando de nuevo a un aeropuerto.

Yo quería aprovechar para comprar alguna nueva vestimenta a estrenar en mi primer día de trabajo, pero todo estaba completamente cerrado! No había ni una sola tienda abierta, solamente los locales de comida, bastante raros de por sí, todavía no nos animamos a nada de eso así que caímos en el clásico McDonalds. A la hora de pagar saqué mi flamante tarjeta de crédito y el muchacho me dice “Only cash…”. Ups..con tanta diversión nos olvidamos de comprar unas Rupias. Así que nos tuvimos que volver por el mismo lugar que fuimos. Después de todo no teníamos tanta hambre, el sueño podía mas y si bien dormimos bastante a la mañana, no nos costó nada volvernos a dormir a la noche sin haber comido nada.

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